miércoles, 13 de febrero de 2013

UAPIANOS OPINAN:



EL VALOR DEL SERVICIO

Los valores son guías que dan determinada orientación a la conducta de cada individuo y ente social.
Se puede notar que en la sociedad, algunos valores tienen más peso e importancia que otros. Por lo general estos son transmitidos de generación en generación, sin embargo pueden ser transformados o modificados dependiendo la época.
Actualmente  se puede percibir de manera axiomática la transformación que han sufrido los valores morales, intelectuales, religiosos, sociales, físicos,.. Entre otros. Dentro de estas categorías existe un valor muy importante, que sin embargo por su escasez tiende a pasar desapercibido en la sociedad.  Refiriéndome con esto al  “Valor del Servicio”.
¿Qué es el servicio?

El Servicio es simplemente, adoptar una actitud permanente de colaboración hacia los demás, sin esperar nada a cambio. Viendo en ellos a su otro yo.

Si nos ponemos a pensar y a evaluar nuestra capacidad de vivir adecuadamente, nos damos cuenta de que cada persona se convierte en promotor de valores, por la manera en que vive y se comporta. Los valores no valen por si solos, sino que es el hombre que le da el verdadero significado.

 No obstante, sabiendo esto, decidimos seguir viviendo a riendas sueltas, sin ayudar a los demás, simplemente pensando en nosotros mismos y en nuestro propio bienestar.

Se ha demostrado que la mayoría de personas no sirve a los demás por miedo a convertirse en el que “siempre hace todo”, en el cual, las otras personas, descargarán parte de sus obligaciones, aprovechándose de su buena disposición. Pero cabe destacar, que ser Servicial no significa ser débil o incapaz de negarse. Más bien la persona servicial es capaz de distinguir claramente una necesidad de un capricho. 

No se trata de descuidar tu trabajo para ayudar a los demás, se trata de hacerlo bien y con responsabilidad para  que en tu tiempo libre puedas servir, aun esto implique dejar de leer un libro que te guste, jugar algún videojuego, o ver alguna película. Porque es mediante el sacrificio que podemos llegar a ser personas serviciales. De nada vale servir cuando no tienes nada que hacer, no hacemos nada extraordinario matando el tiempo y haciendo que parezca un servicio.

La gracia y el verdadero valor está, en hacer que las cosas que parecen imposibles se conviertan en posibles, mediante tu disposición de servicio.

Tampoco tiene sentido ofrecer ayuda a quienes sabes que no la necesitan. Para así sentirte realizado. Esto más bien es un acto de hipocresía y  engaño a tus propios valores.

Cuando se presenta un caso en el cual sentimos la necesidad de servir, lo más común es pensar: “¿Por qué yo?”. Pues este es el autentico valor. Debemos cambiar el pensamiento de “¿cuántas veces me lo piden a mí?” Por “¿Cuántas veces me he negado a servir?”.

 “Quien supera la comodidad, ha entendido que en nuestra vida no todo está en recibir, ni en dejar la solución y atención de los acontecimientos cotidianos, en manos de los demás.” (Nestor Ovalle Castillo). 
Tampoco debemos confundir el Valor del Servicio con nuestros deberes morales, sociales y  familiares. Por ejemplo, es muy diferente cumplir tu deber con tu familia, ya sea el deber de padre, madre o hijo y  lo que esto conlleve, que servir  a tu familia por amor y desinteresadamente.

En el caso de la sociedad nuestro deber como ciudadanos está por ejemplo en no tirar la basura en las calles y enseñar a los demás a no hacerlo. Sin embargo podemos Servir recogiendo la basura que ya está en las calles, ayudando a limpiar las costas, y colaborando con la preservación  del medio ambiente. Con esto quiero decir que hay que tener bien claro que “Deber” y “Servir” no es lo mismo.

Si todos los días tenemos tiempo para arreglar nuestro pelo, ¿por qué no tenemos tiempo para arreglar nuestro corazón y ser personas más serviciales? La base para vivir este valor, es la intención con que lo hagas, y la respuesta que le des al llamado que recibas, sea este un llamado apostólico, social o familiar.
Siempre es posible hacer un esfuerzo extra para alcanzar una meta ¿Por qué no hacerlo para servir a los demás? Recordemos que servir a nuestros hermanos, es servir a Dios y para Dios.

Licda. Rita Hernández
@RISTONGUITA

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