EL VALOR DEL SERVICIO
Los valores son guías que dan
determinada orientación a la conducta de cada individuo y ente social.
Se puede notar que en la sociedad, algunos valores tienen más
peso e importancia que otros. Por lo general estos son transmitidos de
generación en generación, sin embargo pueden ser transformados o modificados
dependiendo la época.
Actualmente se puede
percibir de manera axiomática la transformación que han sufrido los valores
morales, intelectuales, religiosos, sociales, físicos,.. Entre otros. Dentro de
estas categorías existe un valor muy importante, que sin embargo por su escasez
tiende a pasar desapercibido en la sociedad.
Refiriéndome con esto al “Valor
del Servicio”.
¿Qué es el servicio?
El Servicio es simplemente, adoptar una actitud permanente de
colaboración hacia los demás, sin esperar nada a cambio. Viendo en ellos a su
otro yo.
Si nos ponemos a pensar y a evaluar nuestra capacidad de
vivir adecuadamente, nos damos cuenta de que cada persona se convierte en
promotor de valores, por la manera en que vive y se comporta. Los valores no
valen por si solos, sino que es el hombre que le da el verdadero significado.
No obstante, sabiendo
esto, decidimos seguir viviendo a riendas sueltas, sin ayudar a los demás,
simplemente pensando en nosotros mismos y en nuestro propio bienestar.
Se ha demostrado que la mayoría de personas no sirve a los
demás por miedo a convertirse en el que “siempre hace todo”, en el cual, las
otras personas, descargarán parte de sus obligaciones, aprovechándose de su
buena disposición. Pero cabe destacar, que ser Servicial no significa ser débil
o incapaz de negarse. Más bien la persona servicial es capaz de distinguir
claramente una necesidad de un capricho.
No se trata de descuidar tu trabajo para ayudar a los demás,
se trata de hacerlo bien y con responsabilidad para que en tu tiempo libre puedas servir, aun esto
implique dejar de leer un libro que te guste, jugar algún videojuego, o ver
alguna película. Porque es mediante el sacrificio que podemos llegar a ser
personas serviciales. De nada vale servir cuando no tienes nada que hacer, no
hacemos nada extraordinario matando el tiempo y haciendo que parezca un
servicio.
La gracia y el verdadero valor está, en hacer que las cosas
que parecen imposibles se conviertan en posibles, mediante tu disposición de
servicio.
Tampoco tiene sentido ofrecer ayuda a quienes sabes que no la
necesitan. Para así sentirte realizado. Esto más bien es un acto de hipocresía
y engaño a tus propios valores.
Cuando se presenta un caso en el cual sentimos la necesidad
de servir, lo más común es pensar: “¿Por qué yo?”. Pues este es el autentico
valor. Debemos cambiar el pensamiento de “¿cuántas veces me lo piden a mí?” Por
“¿Cuántas veces me he negado a servir?”.
“Quien supera la
comodidad, ha entendido que en nuestra vida no todo está en recibir, ni en
dejar la solución y atención de los acontecimientos cotidianos, en manos de los
demás.” (Nestor Ovalle Castillo).
Tampoco debemos confundir el Valor del Servicio con nuestros deberes
morales, sociales y familiares. Por
ejemplo, es muy diferente cumplir tu deber con tu familia, ya sea el deber de
padre, madre o hijo y lo que esto
conlleve, que servir a tu familia por
amor y desinteresadamente.
En el caso de la sociedad nuestro deber como ciudadanos está
por ejemplo en no tirar la basura en las calles y enseñar a los demás a no
hacerlo. Sin embargo podemos Servir recogiendo la basura que ya está en las
calles, ayudando a limpiar las costas, y colaborando con la preservación del medio ambiente. Con esto quiero decir que
hay que tener bien claro que “Deber” y “Servir” no es lo mismo.
Si todos los días tenemos tiempo para arreglar nuestro pelo,
¿por qué no tenemos tiempo para arreglar nuestro corazón y ser personas más
serviciales? La base para vivir este valor, es la intención con que lo hagas, y
la respuesta que le des al llamado que recibas, sea este un llamado apostólico,
social o familiar.
Siempre es posible hacer un esfuerzo extra para alcanzar una
meta ¿Por qué no hacerlo para servir a los demás? Recordemos que servir a
nuestros hermanos, es servir a Dios y para Dios.
Licda. Rita Hernández
@RISTONGUITA
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