Los docentes en el Pacto Educativo.
Por: Angel Hernandez
rector UAPA
Una de las grandes preocupaciones durante la discusión del Pacto Educativo gira en torno al docente, sobre todo la calidad de su formación, las condiciones del ejercicio profesional y la dignificación de su labor en las aulas. Es un tema recurrente que ha estado presente en las diferentes mesas de trabajo. Se trata de reconocer que sin buenos docentes la reforma educativa no es posible.
Dentro del contexto de la formación se discutió mucho, sin llegar a un consenso, sobre el lugar donde debe realizarse la formación de los docentes, tomando en consideración la decisión tomada de que el componente orientado al logro de las competencias de aprendizaje disciplinar sea el más fuerte en la formación. En este sentido, se han propuesto dos soluciones: la primera sostiene que la formación debe ser realizada en las facultades especializadas. Así, el docente de matemática debería ser formada en la Facultad de Ciencias en coordinación con las escuelas de pedagogía. La otra posibilidad es que la formación sea responsabilidad de la Escuela de Ciencias de la Educación y los componentes especializados, matemática, química, biología, etc., sean ofrecidos por los departamentos existentes en las universidades.
Sin embargo, ambas posturas reconocen la necesidad de que la formación de los docentes sea más fuerte en las competencias cognoscitivas. El nuevo docente a ser formado debe ser un conocedor pleno de los contenidos curriculares del segundo ciclo de la educación primaria y del nivel secundario, donde orientarán el proceso de aprendizaje de manera más especializada.
Se trata con ello de superar las limitaciones que presentan los docentes actuales cuya formación se orienta a atender las especificidades de los niveles y cuyo fuerte es la formación en las áreas pedagógicas. El nuevo perfil del docente se orienta a ofrecer una formación más científica poniendo de relieve las competencias propias de cada disciplina, es decir, a formar un docente más especializado en los contenidos curriculares. Con esta orientación de la formación se pretende superar los bajos resultados de aprendizaje de nuestros alumnos en los diferentes niveles educativos. Nuestros niños deben aprender más y en mejores condiciones y los docentes son fundamentales en ese proceso.
Naturalmente, un tema que debe ser resuelto para garantizar la calidad, independientemente de la calidad de la formación, es el tiempo de dedicación de los docentes al trabajo en las aulas. Los estudios más recientes indican que el tiempo destinado a la formación en las aulas es una de los factores que más impacto tiene en los resultados de los niños en las aulas. Por ello, es importante que en el pacto de establezcan condiciones claras de cumplimiento del calendario escolar por todos los actores del proceso educativo. Con buenos docentes dedicados a realizar un trabajo de calidad en las aulas hay garantías de tener mejores resultados de aprendizajes en nuestros niños, que es a lo que todos aspiramos: una educación de calidad para todos y todas.
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